viernes, 19 de julio de 2013

Espacio literario; Escuchar y hablar


 En una de las primeras clases sobre el sonido, tuvimos que dar una definición, una propuesta de un tanto atrevida por parte del profesor sabiendo que era la respuesta tan versátil. Como si te preguntasen ¿Que es el amor? o ¿Como podes hablar? Todo tiene una definición de diccionario, pero las mentes humanas son tan subjetivas como la literatura.

-¿Por qué nadie levanta el teléfono?
-porque no hay nadie en casa.

 Volviendo a la clase, se ve que la arrogancia del profesor lo impulso a contestarse su propia pregunta, y lo hizo planteandonos una especie de acertijo, ningún anillo era el premio sino el simple reconocimiento de demostrar tus conocimientos, con lo que quiso darnos la definición del sonido fue; Si en un bosque un árbol se cae, se produce sonido si no hubo nadie para escucharlo.

 Con esta metáfora me iba a referir a las personas. 
 Sin no hay otro en quien posar los sentimientos, alguien a quien darle las responsabilidades, no habría personalidad propia?
 El sonido no se produce si no hay quien lo escuche, lo que todos quieren es hacerse escuchar en este mundo, demostrar que no son una hormiga mas de este gigante hormiguero. Sin oyentes las radios no transmitirían nada. Todo esto pone en juego a los emisores y a los receptores, a lo que no podría hacer uno sin el otro. Las personas dependen de alguien o algo. No hay manera de abastecer nuestros sentimientos por nosotros mismos sin un alimento previo. 
 Todas ya fueron dichas, pero cuando esta la posibilidad de combinarlas de diferentes maneras en tu cabeza, es posible crear, algo nuevo, un sonido que será escuchado. 

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