jueves, 23 de febrero de 2012

Como los acompañamientos junto a los acordes

Hoy descubrí que mi cerebro puede generar pensamientos con sentido.Ideas eran las que antes abundaban y no dejaban espacio para pensamientos profundos. Y ahora ese espacio esta repartido.


Escribiendo en mi cuarto, iluminada por la tenue, pero bien esparcida, luz del pequeño velador. La puerta siempre abierta, para dejar que fluya la corriente, sin impedirle su paso, y así lograr que el viento golpee suavemente mi cara, que alborote mis cabellos y mis ideas se esparzan por mi cuarto y mis sentimientos por mi mente.
Al tener la puerta abierta, también me sentía conectada con toda la casa y sus habitantes. 
me dije a misma -sensaciones entren a mi cuarto, brisa tráeme inspiración, lleva y trae, como las olas en el mar.-


Así fue como me encontré escribiendo en mi cuaderno:


"¿Como escribo yo en mi cuaderno? Lo hago con la mano derecha, escribo con mi instinto.
Desde que nací uso ésta mano para mayoría de las cosas que requieren ser creadas con un lápiz.
Pero mas tarde descubrí que la mano izquierda podía ser una excelente acompañante, a la hora de estar sobre cualquier tipo de teclado que este hecho de una variada cantidad de letras o teclas con diferentes sonidos musicales.
En un teclado tenes a esas teclas que a combinarlas, al ir pulsandolas, vas creando. Son la base de tu creación.
Pero cuando escribo con mi instinto, solo la lapicera va escribiendo a la vez que mi mente genera algo que apericio en aquel presiso momento. Mi instinto, mi mano derecha.
Para pulir esta obre que cree directamente con mi mente necesito a la mano izquierda, como releerlo y reescribirlo.

1 comentario:

  1. Hoy descubrí que mi cerebro puede generar pensamientos con sentido. Las idas superficiales que antes abundaban, se anulaban entre sí y no dejaban salir las reflexiones profundas. Me parece que ahora ese espacio está repartido.


    Escribo en mi cuarto, iluminada por la tenue, pero bien esparcida luz, del pequeño velador. La puerta permanece siempre abierta. Así fluye la corriente y el viento golpea suavemente mi cara, alborota mis cabellos y despeja mi mente.

    No estar encerrada, me hace sentir comunicada con el resto de la casa y sus habitantes.

    Imploré: ¡Brisa, dame inspiración, como las olas en un pleamar sin fin!

    Mi mano derecha empezó a escribir en el cuaderno. Es la que empecé a usar instintivamente desde que no tenía uso de razón y reproducía dibujos con lápiz que hacían deleitar a familiares y amigos. Más tarde, descubrí que la izquierda era una excelente acompañante. En especial, a la hora de estar sobre cualquier teclado y extraer sonidos dif

    erentes y armónicos.

    Combinando distintas notas, pulsando una y otra, iban surgiendo maravillosas criaturas musicales. Y ahí descubrí que ese fenómeno no era lo mismo que la escritura. La lapicera manejada solo por la derecha se conecta vaya a saber con que circuito de mi cerebro y el resultado es otro.

    Medito mientras releo y corrijo: ¿para qué necesito en la instancia literaria la mano izquierda?

    VERCION NUEVAMENTE REDACTADA POR MI CORRECTOR FAVORITO!!

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